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De endemoniado a misionero (Mc.5, 1-20)

De endemoniado a misionero. Dejemos que Jesús entre a nuestros ambientes.

Jesús hace callar al demonio. Tu eliges a quien escuchar (Mc. 1,21-28)

Jesús hace callar al demonio.  Jesús habla, ama, sana con autoridad.  Hacer silencio nos ayuda a encontrarnos con Dios.

Confiar en Jesús que tiene el poder para calmar el viento y la mar (Mc. 4,35-41)

Dios lleva la barca,  aunque las dificultades no se exentan,  tenemos la certeza de que Él tiene el control.  

Los frutos del Reino vienen en semillas de esperanza (Mc. 4,26-34)

¿Quieres frutos? Dios te da las semillas. Todo fruto requiere tiempo, determinación y cuidados. Sembremos esperanza, fe, amor, solidaridad, justicia. Tener frutos también depende de ti.   

Con la vara que midas serás medido, midamos bien (Mc. 4, 21-25)

Con la vara que mides, serás medido, ¿Con qué vara estás midiendo?

Dios pone la semilla , tú pones la tierra (Mc.4, 1-20)

Dios sigue saliendo a sembrar la semilla del Reino en nosotros.  Periferias existenciales:  encontrarnos con Dios en todos los ambientes.

NO te avergüences de tu fe (Mc. 3, 31-35)

El que ama y ayuda hace la voluntad del Señor. 

Caridad como fruto de la conversión (Mc. 16, 15-18)

Conversión de San Pablo  Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.

Restaurando las redes seguir a Jesús (Mc.1,14 - 20 )

Restaurar las redes y anunciar misericordia  La voz del Señor resuena en todos los ambientes.  El Reino no se detiene, unidos somos más fuertes.

Nos llamó para para estar con Él (Mc. 3, 13-19)

  Subir a la montaña para encontrarse con Dios.  Jesús te llama, ¿responderás? Estar con Jesús para ser enviados  a Amar y ayudar.