Aprender a descansar en Dios, "Vengan a mí los que están cansados y agobiados" Cuándo Dios comparte su nombre, se abre a tener un relación personal con nosotros.
El miedo rompe los proyectos de paz, por miedo se mata, se toman decisiones equivocadas. Nuestra ayuda es invocar al Señor. Tu amor a Dios se refleja en como tratas a los demás.
La suerte del profeta es incomodar a muchos, el profeta no es boca para esos oídos cerrados. Si no podemos ir a los pobres, a las familias, a los necesitados hay que orar por los que si van, Nuestra oración ayuda a otros.
Hay que cuidar a los que amamos de los lobos sociales. Amarlos implica cuidarlos, pasar tiempo con ellos, educarlos, formarlos en valores, corregirlos.
¿Qué une a tantos hombres y mujeres tan diferentes al mismo proyecto? El amor de Jesús. El amor de Dios nos reúne, el amor nos trasforma. Tan distintos y tan amados.
Hay que combatir al espíritu mudo que nos hace callar para no sanar. Aprendamos a escuchar-nos, aprendamos a hablar-nos, aprendamos a hacer silencio positivo.