Deja las seguridades de la orilla, ¡rema mar adentro! Jesús nos lleva a más; más amar, más confiar... En tu nombre Señor, lo intentaré de nuevo, pero ahora contigo.
Cuando Jesús entra a nuestra vida los que amamos también son bendecidos. Providencia divina amparo mío, providencia divina mi único auxilio, providencia divina en ti confió, providencia divina sólo a ti pido.
No dejes que el demonio hable, cállalo, sino terminará por confundirnos. Que no hable el estrés ni el cansancio. sino terminamos lastimando a los que amamos, diciendo cosas que lastiman y no ayudan. Amar nos mantiene despiertos.
Jesús; mapa y tesoro. Descubramos el valor del Reino escondido en casa, en los pobres, en los necesitados. Ni ciegos, ni sordos ante las necesidades de los demás.
Manos inocentes y un corazón puro. Sal. 24,4 Lavarse las manos, cuidar el corazón. ¿Quién será grato a tus ojos, Señor? los que aman, los que ayudan, los que cuidan.