Lo ordinario es responder a la violencia con violencia, lo extraordinario... rompe los esquemas. Cuando Amamos, hacemos de lo ordinario, algo extraordinario.
Digan a los desanimados, ¡Ánimo! consuelen a mi pueblo dice el Señor. Escuchemos a Dios, y para eso muchas veces será necesario afinar el oído, callar la boca y abrir siempre el corazón.
¿Cuál es el ayuno que le agrada al Señor? que te portes bien, que ayudes, que seas generoso. Remendar lo que vale la pena, si. Ocultar, maquillar, disfrazar las estructuras caducas, no.
Deja las seguridades de la orilla, ¡rema mar adentro! Jesús nos lleva a más; más amar, más confiar... En tu nombre Señor, lo intentaré de nuevo, pero ahora contigo.
Cuando Jesús entra a nuestra vida los que amamos también son bendecidos. Providencia divina amparo mío, providencia divina mi único auxilio, providencia divina en ti confió, providencia divina sólo a ti pido.