Cimentemos de nuevo, ahora con Dios: orar, amar, ayudar. Cuidar lo bueno que hay en nosotros, quitar lo malo. Cimientos nuevos, cimientos fuertes; caridad.
Lo ordinario es responder a la violencia con violencia, lo extraordinario... rompe los esquemas. Cuando Amamos, hacemos de lo ordinario, algo extraordinario.
Digan a los desanimados, ¡Ánimo! consuelen a mi pueblo dice el Señor. Escuchemos a Dios, y para eso muchas veces será necesario afinar el oído, callar la boca y abrir siempre el corazón.
¿Cuál es el ayuno que le agrada al Señor? que te portes bien, que ayudes, que seas generoso. Remendar lo que vale la pena, si. Ocultar, maquillar, disfrazar las estructuras caducas, no.