Ir al contenido principal

Entradas

Visitas a la página

Sanar el oido, sanar la boca, sanar el corazón... (Mc. 7, 31-37)

Digan a los desanimados, ¡Ánimo! consuelen a mi pueblo dice el Señor. Escuchemos a Dios, y para eso muchas veces será necesario afinar el oído, callar la boca y abrir siempre el corazón.   

En sábado también se ama (Lc. 6,1-5)

La finalidad es Encontrarnos con Dios.  Que lo que hagas te lleve a Dios y ayude a los demás. Jesús nos quiere libres para más y mejor amar y servir. 

AYUNAR - AYUDAR (Lc. 5, 33-39)

¿Cuál es el ayuno que le agrada al Señor? que te portes bien, que ayudes, que seas generoso.   Remendar lo que vale la pena, si. Ocultar, maquillar, disfrazar las estructuras caducas, no.

Jesús nos lleva a más; más amar, más confiar (Lc.5, 33-39)

Deja las seguridades de la orilla, ¡rema mar adentro! Jesús nos lleva a más; más amar, más confiar... En tu nombre Señor, lo intentaré de nuevo, pero ahora contigo.

Cuando Jesús entra a nuestra vida los que amamos también son bendecidos (Lc. 4, 38-44)

Cuando Jesús entra a nuestra vida los que amamos también son bendecidos. Providencia divina amparo mío, providencia divina mi único auxilio, providencia divina en ti confió, providencia divina sólo a ti pido.  

El amor nos mantiene despiertos (Lc.4, 31-37)

No dejes que el demonio hable, cállalo,  sino terminará por confundirnos. Que no hable el estrés ni el cansancio. sino terminamos lastimando a los que amamos, diciendo cosas que lastiman y no ayudan.      Amar nos mantiene despiertos.

El Reino escondido en lo cotidiano (Mt.13, 44-46)

Jesús; mapa y tesoro.  Descubramos el valor del Reino escondido  en casa, en los pobres, en los necesitados. Ni ciegos, ni sordos ante las necesidades de los demás.

Codos limpios, corazón manchado (Mc.7, 1-8. 14-15. 21-23)

Manos inocentes y un corazón puro. Sal. 24,4  Lavarse las manos, cuidar el corazón.   ¿Quién será grato a tus ojos, Señor? los que aman, los que ayudan, los que cuidan.

Cuando hay Amor se multiplica lo bueno (Mt.25, 14-30)

Cuando hay miedo dejamos de amar y enterramos la confianza que Dios nos ha dado.   

Que un descuido no nos cierre el cielo, despiertos para Amar (Mt. 25, 1-13)

Que un descuido no nos cierre el cielo. Estemos alertas, amemos en todo tiempo. No te canses de orar por tu familia.